El Pueblo de Iruya Propiamente, fue fundado en el año 1753, sin embargo su origen remota a un siglo anterior a su fecha de fundación, actas de nacimiento encontrados en la parroquia de Humahuaca en la provincia de Jujuy, testifican que un siglo antes de su fundación ya estaban asentados habitantes en el lugar.
Estos asentamientos son sobre todo asentamientos indígenas cuyos antecedentes más remotos son los ocloyas, un pueblo perteneciente a la etnia kolla, quienes a su vez, derivan del kollasuyo, una de las cuatro regiones del antiguo Tahuantinsuyo (imperio incaico).
Numerosas Ruinas (antígales) dispersas por los alrededores prueban la existencia de una etnia más o menos homogénea antes de la llegada de los españoles; un ejemplo ejemplo claro de ellos son la ruinas de Titicónte, ubicado al este de iruya a unos 8kms.
Los primeros habitantes practicaban la agricultura y la ganadería ambas en muy baja escala, ya que solo les permitía la subsistencia de sus pobladores, cultivaban maíz, papas, ocas y otros productos agrícolas; al mismo tiempo criaban ovejas, cabras y llamas, aunque esta última en menor medida. En nuestros días ha disminuido la cría de ovejas y cabras, sin embargo se ha extinguido la de llamas.
Para los Pueblos Aborígenes del Imperio incaico, el trueque fue una de las económicas, mas significantes para la supervivencia humana, tal es el caso que para esto se fomentara, los incas se organizaron en todo su territorio en comunidades. Cada una de estas una función económica.
Por ejemplo una comunidad producía papa, otras fruta, ganados y así sucesivamente, esta organización les permitía un cambio reciproco de productos y de esta manera estas etnias podían abastecerse y solventar las demandas de productos agrícolas y así lograr la subsistencia.
Tal como ocurrió en la antigüedad, el trueque en Iruya es una de las actividades comerciales más tradicionales que se realizan en la actualidad para solventar las necesidades de vida de la población.